“(…). Porque extravagante es deambular por senderos, que a veces no
conducen a parte conocida/esperada alguna. A unos le son permitidos
para descubrir otros no-catalogables, o que apetezca descubrir –sólo, o
en cómplice compañía de algunos pocos-. De esta forma un extra-vagante
sería aquel que se sitúa más allá del bien y del mal, sin renunciar a
su referencia de origen. Más allá de cualquier excluyente estructura de
poder”.
(ROMÁN REYES)